domingo, agosto 8

De tiempos, vientos y amores...

Mi acercamiento a la escritura..

Tras varios intentos y entre juegos, mi primer poema fue publicado en una revista artesanal. Lo escribí a los 13 años, iniciada ya la democracia y teñida por el juicio a las juntas militares. Una historia sobre las Madres de Plaza de Mayo. No era casual. Provengo de una familia que tuvo que lidiar entre preservar la frescura de la infancia, la de mi hermano y la mía, y la necesidad de guardar silencio durante el proceso.

Mis padres, venidos del Paraguay, profesionales y activos militantes del izquierda, fueron perseguidos allá y aquí. En nuestra casa ocasionalmente se hablaba un segundo idioma, estrategia que utilizaban para no involucrarnos en alguna conversación. El guaraní es una lengua que difícilmente se adquiera si no es construido conjuntamente con la lengua madre: es hermético y complejo en su estructura. Nunca lo aprendimos. Y esa era la intención.

Pero la palabra no es todo. Las cosas ocurrían además con el cuerpo. Comprendíamos lo que pasaba. Entendíamos por qué escapábamos de cada sitio. Cuando mi padre desarmaba parte del auto, un Citroën, espiábamos qué iba a esconder en esa oportunidad. Papeles, fotos, libros, documentos. Recuerdo un reloj que, tozudamente, no se podía adherir al guardabarros. Nunca supe por qué no pudo llevarlo puesto. No lo pregunté.

De esa historia arrastré palabras que se volvieron mi primer poema. “Quién es Quién”. Año 1983.

Mi segundo escrito completo, ensayo esta vez, lo escribí un 30 de diciembre de 1990. Cumplía 20 años. Se declaraba el indulto a los militares. Me senté en la terraza y sin poder con la tristeza escribí un largo relato destinado a nadie. O sí, destinado a mis amigos. La noche de ese mismo día había decidido suspender mi fiesta de cumpleaños.

Desde allí acontecieron tiempos de lectura, clásicos y no tantos, de escritura y afectos profundos.

En el 93 dí con el primer amor. Como supo decir Bioy Casares he pasado muchos años comentando el mundo con ese entrañable compañero. Él, 24 años mayor que yo. Fue profesor mío en la Universidad. Le escribí una carta y a partir de allí se animó a mi propuesta de vivir una historia sin condiciones.

Su primer regalo fue un reloj, que nadie tuvo que esconder. El segundo, una novela, “Justine” de Lawrence Durrell (la primera de la tetralogía del Cuarteto de Alejandría – Justine, Mountoulive, Balthazar y Clea).

“En todas partes ando al acecho de una vida que valga la pena ser vivida” decía, precisamente Durrell y así fue. Psicoanalista y lector hasta el hartazgo, conocía el universo literario sin dejar resquicio. Dice en su dedicatoria: “Y amar de una forma tan impremeditada es algo que mucha gente tiene que aprender de nuevo después de los cincuenta años”.

Escribí cientos de relatos y cartas de amor. Esa historia, Justine, me instó a hacerlo.


Año 2003; él en su escritorio, siguió leyendo literatura pero viró hacia un camino inesperado, las neurociencias. Mientras yo ya había iniciado mi novela “Serás a mis ojos, la última distancia”, lenta, confusa, sin destino. Se fue transformando en relatos cortos donde los mismos personajes transitan diversos acontecimientos. Y él, siempre acercando una nueva trama “Mañana en la batalla piensa en mí” de Javier Marías o el “Legado de Darwin” de John Dupré.

Ahí anduve, espiando entre las ciencias, la literatura, la escritura de una historia incierta, de crónicas políticas y ensayos destinados a mis alumnos. Y una vida intensa con él y la escritura.

16 años de historia juntos y las veleidades del alma, que cuando piden permiso ya pasaron la puerta, hicieron que nuestros caminos alteraran el destino. No sin pena ni contradicciones anduvimos tanteando sitios donde reencontrarnos pero por toda grieta pasa el viento parece… y así fue.

Decido escabullirme de cierto desencuentro, una vez más, con la palabra. En la búsqueda de un lugar donde darle entidad a un oficio desorganizado me encuentro en internet con el taller de escritura virtual dictado por Sandra Russo, hallazgo que llega justo en esos momentos en que el tiempo está relegado por el tiempo. Allí decido inscribirme sin saber que en ese sitio, que existe pero no es un lugar, mi vida iba a detenerse para ser una vez más otra…

Doy con un hombre, catalogado por la Russo como “animal de escritura”, que me somete a la distracción, desafía mi rudimentario talento para contar una historia y me ofrece desde Rada Tilly, Comodoro Rivadavia, un relato tras otro que me subordinan al entusiasmo de buscarlo cada atardecer por la web.

Meses después, él, otro amigo virtual y yo decidimos independizarnos del taller literario y conformamos un espacio propio que hicimos llamar “El Rayo Verde”. Allí continuaron deslizándose relatos ficcionales y no tanto, allí se dejaron entrever emociones riesgosas, deseos adormecidos que se desperezaban con beligerancia y promesas propias de un rodaje que uno observa sabiendo que sólo puede ser real si hay un guión que lo sustenta.

Una tarde llegó el prometido abrazo patagónico, “dicen que son uno de los principales atractivos naturales de la Patagonia…”, acusaba su mensaje, y algo de eso hubo, por lo pronto no lo puedo poner en duda… está enlistado dentro de mis siete maravillas del mundo.

Le llevé de regalo “La amante de Bolzano” de Sándor Márai “… te ama, y eso es tan maravilloso como si la luz del alba amara al temporal de la noche…” dice en uno de sus fragmentos y fue allí, en la ciudad de La Plata, en un bar en medio del bosque donde aconteció lo que ninguno esperaba, en dos horas, y a dos almas convencidas de estar tanteando un territorio distante, inverosímil, absurdo… Todo indicaba que nunca más nos volveríamos a ver…

El mensaje que llegó después desde 1800 km de distancia decía “Hubo un momento, tenías la mirada fija en el pocillo, tu mano jugaba con el colgante. El árbol dejó pasar un rayito de luz que dio justo en tu cabeza. Yo juraría que ese rayito, era verde…” Hay que conocer la historia del Rayo Verde para dimensionar su significado, una novela del escritor francés Julio Verne. Dice la leyenda…, ese momento mágico en que dos personas descubren el amor a la vez.

Al día siguiente mi respuesta viajó hacia allí “…sólo se sabe que alguien se lleva una sonrisa de más y queda aquí una pena nueva para andarla, arrastrarla y acostumbrarse a ella. Pero también queda la algarabía de haber vivido el amor por un instante, ante esos intensos ojos verdes que, gracias a los dioses más terrenales, se posaron en un rayito de sol que sólo tuvo la misión de enamorarte.
Tal vez así fue. Y aunque la vida se empecine en despabilarnos, que haya sido es suficiente, por hoy.
Queda constancia que he vivido a un hombre... y nada más...”

Textos, cuentos, ensayos, mails, fueron y vinieron por ruta 3 y por ese mismo camino, o atravesando el cielo, lo que parecía improbable daba sus primeros argumentos. Tiempo de encuentros, de pasiones, de avatares y volteretas que desencadenaron lo que, al tiempo, hoy acontece… que no es poco.

En el año 2009 aquél entrañable amor del pasado inicia en mis brazos lo que fuera su muerte horas después. De allí en más dejó inscripto en mi alma su rostro y el tiempo vivido.

El otro hombre, el de los intensos ojos verdes, me acompañó en el duelo, la tristeza y el amor, en la despedida de un lugar y la búsqueda de una casa nueva, en el pasado y lo que se estaba volviendo vida…

Todo lo que aconteció tuvo que ver con la escritura, con la palabra y el amor a distancia, a regañadientes del deseo de estar. Los encuentros eran exiguos pero en cada caso la eternidad.

“Serás a mis ojos la última distancia” se titula la novela..., y es esa distancia la que él atravesó después de decidir una vida juntos. Y es la misma distancia que mis ojos desean que sea la última… La definitiva nació un 29 de Diciembre y lleva hoy como nombre Vera, que no por imprevisión, significa verdadera.

Por toda grieta pasa el viento decía… pero también todo tiempo redime reflexiones. Cuando los encuentros son perentorios, cuando el amor atraviesa distancias el viento se hace de palabras y todo relato se hace de amores…

El tiempo pasa y la palabra empecinada siempre me ronda, será porque todo relato habla de uno y será además porque entre las siete maravillas poseo la escritura.

Dice un fragmento de la novela pendiente: “Imagino que tendrás serias dificultades para encontrarte con interlocutores válidos. En este mundo la intensidad se paga, y quienes poseemos un entreverado universo interior, por azar o por tozudez, aprendimos a concebir la vida entre la compañía de dos o tres seres infinitos que son, por cierto, una franca multitud, y la literatura. (…) Siempre serás un roedor profesional del alma que no despliega palabra sin certezas. (…) Debiera empezar a contarte, para que conozcas algunas escenas, para ir acomodando las armas y para seguir horadando la conciencia”.

Tal vez la escritura sea para mí ese sitio donde la soledad descansa.

Hay aquí relatos para compartir, historias para contar, ficciones y crónicas que construye la vida cuando nos convoca la sensibilidad. Todo lo demás no es silencio, todo lo demás es intimidad…


Sol Guerrero
Julio de 2010.


El nombre del blog hace alusión a. "En busca del tiempo perdido", una heptalogía de novelas de Marcel Proust, escritas entre 1908 y 1922 y publicadas entre 1913 y 1927. Considerada una de las cumbres de la literatura francesa y universal.

http://es.wikipedia.org/wiki/El_rayo_verde
http://rayoverdetaller.wordpress.com/

7 comentarios:

  1. Hola Sol:

    Vi tu "aviso" en FB y me vine a leer. Me entretuve un rato entre varias cosas (incluyendo algunos "clasicos" del Sr. Pini).

    Tu relato me recordo como fue que empece a escribir, y fue parecido a tu segundo escrito. Tambien en 1990 pero unos meses antes, y tambien un ensayo. Harto de escucharle decir estupideces a Neustadt le conteste por escrito. Un esayo, destinado tambien a nadie.

    Supongo que esas cosas destinadas a nadie son las piezas mas autenticas de literatura. No porque no vayan a ser leidas nunca (de hecho, muchas veces lo son), sino porque uno las escribe independientemente del destinatario, porque no puede dejar de escribirlas.

    Bueno, te dejo un saludo y te invito a pasar por mi blog (algundiasabras.blogspot.com) alguna vez que estes aburrida.

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  2. Ah que tonto pero si ya estaba linkeado desde el RV. Bueno, nada nuevo entonces. Como veras lo poco que escribo no se puede clasificar como cuento, de ahi que haya desaparecido de RV...

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  3. Hola Tomás! Sí.. anduve visitando tu blog en varias oportunidades y no por estar aburrida. Lo tuyo es más ¿prosa poética? así era? Hay cosas que me gustaron mucho...
    Qué bueno que andes por aquí. El RV ahí sigue andando, tranquilo pero anda.
    Bueno nos iremos leyendo y ahora comentando. Vuelvo a tu blog en estos días. Seguro. Gracias! Un beso!

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  4. Sol, soy mariana. te felicito por esto de escribir que no conocia de ti. Siempre, siempre te visitarè.

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  5. Gracias Mariana... si yo sé con quienes cuento!! Gracias flaca! Besos

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  6. se agradece Paloma! Tomaremos vuelo nomás!

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