miércoles, abril 28

La Nueva Arena Política


Por: Pini Raffaele

Hace tiempo ya que la discusión política se trasladó desde el espacio público hacia los medios de comunicación. Nadie imagina a un líder comunicando desde un oratorio, con los costos que conlleva y con la posibilidad de llegar, en el mejor de los casos, a unos cuantos miles de personas. Basta con establecer a cuanta gente equivale cada punto de rating para saber a cuántas Plaza De Mayo llenas representa. Esto es sabido y manejado ya desde tiempos de Raúl Alfonsín, a pesar del exponencial crecimiento de la cantidad de medios desde aquella época hasta nuestros días.

Lo novedoso, quizás, es la conversión de medios enteros representando a una postura político económica. Sería como imaginar un “Tiempo Nuevo” convertido en canal de noticias, transmitiendo las veinticuatro horas en función de la ideología – interés del recordado dúo neo liberal Grondona – Neustadt.

Curiosamente, quien ha construido esta hegemonía de mensaje, es la televisión privada a través de su thing tank TN, mientras el gobierno se atrinchera modestamente en un programa de la televisión pública.

¿Es razonable esta postura cuando se dispone de la capacidad de abrir cuantos frentes sean necesarios?

Creo que sí, por aquel axioma que postula “Lo bueno, si breve, dos veces bueno” El fenómeno 6 7 8, programa que emite la TV Pública, es un ejemplo de lo planteado. La exitosa propuesta está basada en desnudar las intenciones de la oposición mediática, condensadas en una hora y media. Es decir que quien se sienta a ver el programa, en ese lapso de tiempo verá expuestas la totalidad de las maniobras opositoras.

Mientras desde el canal de cable trabajan día y noche para construir un discurso, el oficialismo se toma una hora y media para recopilar las pruebas de la falacia. Sobre todo porque para ello también echa mano de discursos que le son afines, sin tener que enunciarlos. No es casual que quienes producen este programa son los mismos creadores de TVR, el programa que inauguró el concepto de que “nadie resiste un buen archivo” iniciado por Las patas de la mentira en versión documental.

Afortunadamente para el oficialismo, la torpeza de la oposición les brinda material a diario para sostener el desarrollo del programa. Sutilezas tales como escribir en un zócalo televisivo lo opuesto a lo que está diciendo el orador, son de tal contundencia y obviedad que ahorran argumentos a quien trabaja para desmontar el engaño.

Paradójicamente, lo que siempre se plantea como facilidad de la oposición al criticar sin tener la obligación de hacer, hoy juega a favor del oficialismo a la hora de poner blanco sobre negro acerca de la intencionalidad de los discursos con piel de cordero.


Pini Raffaele