David Viñas.
Por Sol Guerrero
Allá por el 2003, caminando por la calle Corrientes como hacía por aquella época todos los miércoles, antes de entrar al cine, y a modo de hacer tiempo, decidí pasar por una librería. De todos los títulos que recorrí se instaló ante mí "Claudia conversa" de David Viñas.
Con mi libro bajo el brazo caminé unas cuadras y por azar miré hacia adentro de un bar, como quién mira la clase de gente que existe más allá de uno. Allí lo vi, sentado, solo, con un café enfriándose y leyendo algo.
Entré al bar, me acerqué, le pedí disculpas por mi presencia, le sonreí y le mostré el libro... "casualmente, le dije (...) yo se que esto no se hace pero.... ¿me firmaría el libro?" Él me sonrió y me invitó a compartir un café.
No llegué a estar una hora conversando con él pero fue una hora que llevaré en mi memoria y en mi libro hasta que yo también, como él, muera.
En esa hora me contó la vida de Claudia y con toda su sensibilidad me dijo "-Vos podrías ser Claudia- no es lo mejor que he escrito pero es una historia que vale más por lo que fue que por lo que yo pueda decir de ella..." (algo así...)
Me levanté, le dí un beso y me fui con mi libro dedicado, orgullosa de haber sobrellevado la verguenza de haberlo molestado, y no porque haya desafiado mi pudor sino porque a él le dio alegría mi presencia...
Qué lindo recuerdo, Sol!
ResponderEliminarNatalia Arenas
que afortunada flaquita!!
ResponderEliminarViviana Garay